A pesar de ser un país pluricultural, existe mucho racismo en el Perú. La discriminación racial no es una novedad. Es una consecuencia de un largo proceso que ha durado siglos, en los que se excluye a un sector de la población sobre la base de su etnia y se menosprecia sus manifestaciones culturales.
Al revisar nuestra historia, entendemos cómo las decisiones políticas se han tomado a partir de una exclusión de la población de etnias diferentes a la blanca (andina, amazónica, negra y otras). En 1821, el año en que se declaró la independencia, se oficializó como idioma nacional el castellano, a pesar de que solo lo hablaba el 10% de la población, lo que señalaba claramente una independencia solo para la elite. Del mismo modo, las comunidades indígenas fueron desapareciendo, dejando que los hacendados tomaran sus tierras, empujándolos a una especie de sistema feudal y paternalista. Las diferencias se abismaban cuando se les negó participación política a los indígenas. Solo los hacendados, relacionados directamente con la oligarquía, tenían acceso a los asuntos del poder. En la migración europea, el panorama no cambio: los migrantes fueron absorbidos por las familias criollas, incorporándolos a sus prejuicios.
A lo largo del siglo XX, hubo cambios en la sociedad peruana al convertirse en un país centralista. Esto generó la sobrepoblación de Lima, lo que obligo a las autoridades a ejercer ciertas medidas para evitar mas migraciones campo-ciudad (una de ellas se originó entre algunos congresistas, quienes presentaron la idea de construir un muro o peaje, que obstaculizara la inmigración andina). De esta manera, el racismo se intensifico en los criollos limeños, quienes se distanciaron de sus lenguas aborígenes.
La discriminación nos es familiar. Nuestro pasado afecta directamente a los jóvenes: afianza la inclusión de algunos, y crea el autorechazo en otros -“son frecuentes practicas el teñirse el pelo en las mujeres y raparse el cabello en los varones, ambos ocultan así el carácter lacio, propio de la raza andina” (Ardito 2005:42)-. Para no recaer en el rechazo al racismo tan explotado hasta el cansancio, lo dejaremos con el testimonio de una extranjera sobre el racismo en el Perú, con la esperanza de estimular su razonamiento y sembrar la curiosidad sobre quienes somos y, tal vez así generar un cambio.
“He visitado muchos países”, dice una bióloga alemana, “pero nunca hubo tanto racismo como aquí”. Muchos extranjeros coinciden en esta apreciación: “Os quejáis mucho de los chilenos”, comenta una española que lleva un año en Lima, “pero entre vosotros los peruanos os tratáis tan mal, que parecéis enemigos unos de otros”. (Ardito 2004:88)
muchas gracias me ayudo para mi tarea :)
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