miércoles, 2 de junio de 2010

Coalición Internacional de Ciudades contra el Racismo

La Coalición Internacional de Ciudades contra el Racismo se crea en el año 2004 con el convencimiento que las ciudades y los gobiernos municipales -en tanto que actores locales- son un espacio privilegiado para la puesta en marcha de políticas y acciones de lucha contra el racismo, la xenofobia y la discriminación.

En la actualidad más de 60 ciudades europeas se han comprometido con el Plan de Acción. El Plan -publicado en inglés, francés y recientemente en español- constituye una guía para los gobiernos locales que quieran trabajar en esta línea.

Simultáneamente se está impulsando la creación de otras Coaliciones regionales en: África, los Emiratos Árabes, Asia Pacífico, América Latina, Caribe y Norte América. Cada una de estas Coaliciones tendrá su propio Plan de Acción en función de sus especificidades y prioridades.
A raíz de la participación de la AICE en la elaboración del Plan de Acción se invitó a las ciudades asociadas a enviar información acerca de las actuaciones concretas que llevan a cabo en la lucha contra el racismo y la xenofobia.


Coalición Europea de Ciudades contra el Racismo

La Coalición Europea de Ciudades contra el Racismo se inició en Nuremberg, Alemania, el 10 de diciembre de 2004, con motivo de la IV Conferencia Europea de Ciudades por los Derechos Humanos.

Algunas Definiciones:

• La Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación racial, define la discriminación racial como “toda distinción, exclusión, restricción o preferencia basada en motivos de raza, color, linaje u origen nacional o étnico que tenga por objeto o por
resultado anular o menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio de los derechos humanos y las libertades fundamentales, en un plano de igualdad, en las esferas política, económica, social, cultural o cualquier otra de la vida pública”. En este sentido, la comunidad internacional condena la discriminación racial por considerarla una violación grave de los derechos humanos. El racismo es uno de los factores fundamentales dentro de los procesos sociales que originan la discriminación racial y su arraigo.


• Como doctrina, el racismo tiene su origen en las teorías y creencias que establecen una jerarquía de razas o grupos étnicos, o que otorgan determinadas atribuciones de valor en la diferenciación racial. Las teorías de diferenciación racial son “científicamente falsas, moralmente condenables, socialmente injustas y peligrosas, y no existe justificación alguna, teórica ni práctica, en ningún
lugar, para la discriminación racial” (preámbulo de la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial, 1965). Tales teorías son incompatibles
tanto con los principios morales y éticos de la humanidad, como con la legislación internacional, que reconoce a todos los seres humanos como miembros de una especie, nacidos en igualdad
de derechos y dignidad.


• En sus manifestaciones prácticas, el racismo incluye “las ideologías racistas, las actitudes fundadas en prejuicios, los comportamientos discriminatorios, las disposiciones estructurales y las prácticas institucionalizadas que provocan la desigualdad racial... se manifiesta por medio de disposiciones legislativas o reglamentariasy prácticas discriminatorias, así como por medio de creencias y actos antisociales” (artículo 2 de la Declaración de la UNESCO sobre la Raza y los Prejuicios Raciales, 1978).

¿Por qué debemos unirnos contra el racismo, la discriminación y la xenofobia?

Independientemente de su origen o de la forma que adopte, el racismo levanta barreras que impiden el desarrollo de sus víctimas individuales o colectivas, corrompe a quienes lo ejercen, y divide a comunidades y naciones. Representa una grave amenaza para la convivencia y el intercambio pacífico entre comunidades que viven en un mismo espacio, y pone en peligro la existencia de una ciudadanía democrática y participativa. El racismo consolida y agrava las
desigualdades dentro de la sociedad.
En vista del profundo arraigo de los prejuicios raciales, herencia de la historia y de la persistencia de conductas discriminatorias, debemos plantearnos la lucha contra el racismo y la discriminación como un trabajo a largo plazo. Se trata de una labor que requiere una revisión constante de las estrategias y las políticas antirracistas junto con esfuerzos de coordinación en el ámbito internacional, nacional, regional y local.



¿Qué podemos hacer?
La lucha contra el racismo y la discriminación deben llevarse a cabo en distintos frentes:


• Prevención y discriminación positiva: concienciar y educar en los valores de la tolerancia mutua, el respeto por la diversidad cultural, el diálogo intercultural, la convivencia pacífica, los derechos humanos y la ciudadanía democrática.

• Seguimiento y vigilancia: recopilar datos y establecer indicadores adecuados con el objetivo de evaluar las situaciones discriminatorias y el impacto de las medidas adoptadas.

• Fortalecimiento: ayudar a las víctimas a reafirmarse, reorganizarse y defenderse.

• Mediación: arbitraje, pedagogía, concienciación y reconciliación.

• Castigo: reforzar los mecanismos administrativos y judiciales y condenar con firmeza los actos racistas.

La lucha contra el racismo es cosa de todos. En primer lugar y principalmente, constituye una obligación legal y política de los estados y de las organizaciones intergubernamentales de ámbito
regional e internacional. Se trata de una de las responsabilidades cívicas que deben asumir los organismos profesionales, los sindicatos, las organizaciones de voluntariado y el sector privado.
Además es una obligación moral y ética de las personas, en especial de quienes crean opinión, como artistas, periodistas, profesores, académicos, deportistas famosos y líderes comunitarios,
políticos y religiosos.

http://www.aulaintercultural.org/IMG/pdf/ciudades-2.pdf

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